Detrás los medios de protección es difícil identificarlas. Solo el brillo de los ojos, la delicadeza de los gestos, la sensibilidad de la voz y las cintas de las caretas, confirman su presencia allí, donde la voluntad se sobrepone al cansancio ocasionado por la vorágine del trabajo desarrollado por más de cinco meses.
En el Laboratorio de Biología Molecular (LBM) del Hospital General Docente Roberto Rodríguez Fernández, ubicado en el municipio de Morón, las mujeres constituyen mayoría al representar el 77.5% de la fuerza laboral, distribuida en cuatro equipos de trabajo que mantienen la mirada fija en la identificación del virus del SARS-CoV-2 en más de 1 000 muestras diarias. Constituyen ejemplo del rol protagónico y decisivo de las féminas en el enfrentamiento a la Covid-19.
“De un total de 40 trabajadores, 31 son mujeres. Algo digno de significar es su juventud, seriedad y responsabilidad. Trabajan durante 24 horas, prácticamente sin descanso por la cantidad de muestras que deben procesar. Muchas de ellas redoblan esfuerzos para enfrentar las labores hogareñas y atender a sus hijos.
“No renuncian a ninguno de sus roles y se sienten comprometidas con su trabajo al saber que todo el país permanece a la espera de un resultado”, destacó la Doctora Niurys Martín Pérez, vicedirectora de Asistencia Médica de la referida institución de Salud Pública.
Noveles especialistas en Bioanálisis Clínico se integran a ese colectivo y reconocen haber encontrado su realización profesional.
“Incorporarme aquí al terminar mis estudios constituyó un reto porque es una tarea difícil y comprometedora, sin embargo, con mi esfuerzo personal y la ayuda del colectivo me he mantenido firme. Ha sido una experiencia novedosa y me ha aportado muchos conocimientos. Todos nos conocimos aquí y hemos logrado formar un equipo maravilloso, nos apoyamos mutuamente para que el trabajo fluja con la calidad y agilidad requeridas.
“Las mujeres desempeñamos un rol protagónico por ser mayoría y eso nos enorgullece al saber que dignificamos la imagen de las cubanas en la sociedad, en circunstancias tan difíciles”, comenta emocionada Misbell Espinosa Revuelta.
Misbell Espinosa
Para la joven baragϋense Yaumara Ramírez Martínez también ha representado un desafío por la distancia que la separa del lugar. Cuando le hicieron la propuesta se sintió conmovida, sin embargo, asumió la tarea con honor “en un momento en que se necesitan muchas fuerzas y manos para luchar contra esta pandemia que no nos acabará y estoy segura lograremos erradicar muy pronto.
Yaumara Ramírez
“Me siento orgullosa de haber podido estudiar esta especialidad, desempeñarme en este sitio y poder ayudar a la Revolución en lo que haga falta. El trabajo exige mucha dedicación, nos entregamos a diario, cumpliendo con todos los protocolos de bioseguridad para no contagiarnos, ni comprometer la salud de nuestros compañeros y familiares”, señala.
Con cinco años de experiencia, Lian Crespo Amaro reconoce haber sentido un poco de miedo cuando la convocaron, pero no tardó en vencerlo al apreciar las condiciones del LBM, donde existen recursos y reglas para resguardar la salud de los trabajadores.
“Estar en la primera línea de combate es algo difícil, pero saber que voy a contribuir con la salud pública de mi país me ha dado el impulso necesario para sumarme a este colectivo; la experiencia ha sido novedosa e inolvidable. No puedo dejar de mencionar el apoyo que recibo de mi familia”, comentó esta muchacha, que tuvo la gentileza de mostrarnos, mediante un gráfico digital, la presencia del temido virus en una de las muestras analizadas.
Lian Crespo
La Doctora Martín Pérez, también Especialista de II Grado en Microbiología, expresó su orgullo “porque he sido partícipe de la educación de los profesionales que asumen esta tarea, trato siempre de aconsejarlos, los actualizo con la docencia, les incorporo mis experiencias. Mi labor es recompensada con el trabajo de estos jóvenes”.
DIGNAS MUJERES CUBANAS
Las habilidades y el rápido aprendizaje de quienes laboran en el LBM de la provincia de Ciego de Ávila, permitieron el procesamiento de más de 140 000 muestras para pruebas de PCR-RT (Reacción en Cadena de la Polimerasa, en Tiempo Real), desde su inauguración (el 2 de octubre de 2020) hasta la fecha, con un rendimiento diario que oscila entre los 900 y 1200 exámenes.
Este centro constituye una de las principales fortalezas para el enfrentamiento al SARS-CoV-2 en el territorio avileño y la región central del país, teniendo en cuenta que asume el análisis de la totalidad de las muestras de la provincia anfitriona e importantes cuotas de Guantánamo, Santiago de Cuba, Las Tunas, Camagüey y Sancti Spíritus.
También contribuye a la consolidación de Jardines del Rey como destino turístico seguro, al garantizar el seguimiento a los turistas que arriban al país por el aeropuerto internacional de la cayería norte avileña. A su historial se añade el seguimiento a viajeros que entran a Cuba por el aeropuerto Ignacio Agramonte, de Camagüey.
A la destreza del personal se suma la alta tecnología de los equipos y su capacidad de procesamiento y automatización, lo que permite el aumento de la precisión de los diagnósticos médicos, la rapidez en el proceso de toma de decisiones con los pacientes y, por ende, la disminución de la cantidad de ingresados y de la estadía intrahospitalaria.
En el futuro este centro permitirá estudiar otros casos desde el punto de vista molecular para obtener información genética y hacer diagnósticos más certeros.
Ante la vorágine de trabajo, las manos de Misbell, Yaumara y Lian se descubren voluntariosas y hacen copiosos los procedimientos de trabajo, revelando la destreza y dedicación. En sus ojos asoma el cansancio, pero también la satisfacción profesional y el regocijo al saberse útiles. Ellas, representan la continuidad y la dignidad de la mujer cubana, empoderada en una nación que la concibe como imprescindible en cada batalla.
“No hay lugar en Cuba donde se esté enfrentando la pandemia de la Covid-19 sin la presencia de la mujer, como digna representante de la salud pública”, asegura la Doctora Martín