Con una tendencia creciente en el empleo de prácticas agroecológicas en el último quinquenio, la provincia de Ciego de Ávila logra efectividad en el control de plagas en cultivos y favorece la protección del medio ambiente al disminuir la utilización de productos químicos.
El aumento en la producción de bioplaguicidas (entomopatógenos y entomófagos) suple el déficit de productos químicos existente en el país, responde a las condiciones climáticas imperantes y coadyuva a mantener el equilibrio ecológico en los campos.
El ingeniero Raúl Hernández Martínez, especialista de Control Biológico de la Dirección Provincial de Sanidad Vegetal en Ciego de Ávila, subrayó que los bioplaguicidas son utilizados en todas las bases productivas del territorio, fundamentalmente en las empresas La Cuba, Arnaldo Ramírez y El Mambí; las cooperativas de producción agropecuaria (CPA) Revolución de Octubre y Paquito González, casas de cultivo de la Empresa Agroindustrial D’Ceballos, organopónicos y plantaciones de tabaco y piña.
“Su empleo ha tenido un impacto favorable al lograr un 65% de efectividad en el control y la regulación de plagas que provocan afectaciones en cultivos de granos, viandas, frutas, vegetales, hortalizas, tabaco y caña de azúcar, principalmente”, destacó la propia fuente.
El territorio avileño dispone de 11 centros de reproducción de entomopatógenos y entomófagos (CREE), distribuidos en ocho de los diez municipios de la provincia, con 11 líneas de producción de bacterias, hongos, virus e insectos benéficos que intervienen en el control y la regulación de las plagas en las plantaciones.
Ahora se trabaja en la construcción y puesta en marcha de un nuevo CREE en la Empresa Cubasoy y existen proyecciones de crear otro, a gran escala, en la Empresa Agroindustrial D’Ceballos. Durante el actual año se han montado líneas de producción en centros que poseen capacidad en sus instalaciones.
“Tanto en el sector estatal como no estatal, las demandas de estos productos evidencian un comportamiento creciente, con volúmenes superiores a las 180 toneladas métricas (TM) durante las diferentes campañas de siembra, sin embargo, las producciones no rebasan las 105 TM, por tanto, se recurre a los biopreparados de la Empresa Labiofam (Nicosave y Turisave), el NioNim (obtenido en la provincia de Holguín, a partir del árbol del nim) y otras alternativas como la utilización de cal y cardón”, agregó Hernández Martínez.
Durante los últimos años en predios avileños se han identificado 18 plagas en cultivos, cuya regulación y control se ha logrado fundamentalmente con el empleo de bioplaguicidas, una práctica extendida para lograr sostenibilidad, resiliencia y soberanía en la producción de alimentos.