El dique Estero Socorro, transitable a lo largo de los 22 kilómetros, es una de las obras de mayor relevancia en el Gran Humedal del Norte de Ciego de Ávila
Fuerzas pertenecientes al sistema de Recursos Hidráulicos concluyeron la reparación del dique Estero Socorro, sitio Ramsar dese el 2002 y una de las obras de mayor impacto en la recuperación y mantenimiento de la biodiversidad del Gran Humedal del Norte de Ciego de Ávila.
Los trabajos en ese segmento, de 22 kilómetros de longitud, constituyen una de las acciones de mayor relevancia en esa área geográfica, muy afectada por el huracán Irma, en septiembre de 2017.
El ingeniero David González Negrín, jefe de control de ejecución de la ESI-DIP Trasvase, de la UEB Centro Este, dijo que en la obra hidrotécnica fueron rehabilitados los 14 pases ecológicos que permiten el intercambio de nutrientes entre la zona de manglar (aguas abajo del dique) y las extensas áreas del humedal (aguas arriba).
También alistaron el aliviadero de emergencia, de un kilómetro de longitud, y concluyeron el movimiento de tierra para elevar el nivel del dique —transitable a velocidades moderadas— hasta los 2 metros y 20 centímetros sobre la cota del terreno natural, en los que fue necesario verter más de 16 000 metros cúbicos de material de relleno.
Nelson Hernández Hernández, proyectista, aseveró a Granma que las labores de rehabilitación marcharon acorde con lo diseñado, garantía para el correcto funcionamiento de la obra, que tiene funciones de extrema importancia, como la recarga del manto freático y la regulación de los escurrimientos de la cuenca superficial La Llana, la mayor de esa área geográfica.
El costo de la inversión supera los ocho millones de pesos y en ellas intervinieron brigadas del sistema de recursos hidráulicos de Ciego de Ávila, Camagüey y Las Tunas.
Las labores en el dique Estero Socorro se insertan entre las de la Tarea Vida en el Gran Humedal del Norte —amplia franja de más de 226 800 hectáreas que abarcan a los municipios de Bolivia, Primero de enero, Morón, Ciro Redondo y Chambas—, uno de los escenarios de peligro y vulnerabilidades en las zonas costeras de Cuba y los cayos Adyacentes, asociados al ascenso del nivel del mar para los años 2050 y 2100.
Además, la zona es hábitat de varios tipos de aves, entre las que sobresalen la gallinuela escribano (Pardirallus maculatus) la grulla cubana (Grus canadensis nesiotes), subespecie endémica de Cuba y una de las aves más antiguas de las que pueblan el continente americano.