Hace pocos días apareció en Facebook, fue su cumpleaños y las fotos publicadas me devolvieron el recuerdo de la vecina servicial, jaranera y con alegría contagiosa, de la comunidad donde residí la mayor parte de mi vida. Elsa es de esas personas que extrañas porque saben dejar una huella, marcada, también, por su sencillez y humildad.

Dos días atrás, su nombre solo me provocaba añoranza; ahora, adquiere otra significación y son diferentes las imágenes que recibo, a través de las redes sociales, con ese nombre.

Elsa, es el desasosiego de millones de cubanos que permanecen atentos a un fenómeno meteorológico que “pone los nervios de punta” en un contexto caracterizado por el agravamiento de la crisis sanitaria generada por la COVID-19, pandemia que se revela con fuerza y agudiza problemas económicos y sociales.

Todos hablan de ella: el Centro Meteorológico Provincial la señala en Telegram como un huracán categoría 1 que “constituye un peligro potencial para Cuba”; en la calle aseguran que “era lo que nos faltaba”, como expresión de lamento al acentuarse las desgracias.  

Representa, también, el estar  atentos a los canales comunicativos durante cada temporada ciclónica y, sobre todo ahora, que pone a prueba nuestra capacidad organizativa ante situaciones excepcionales, esta vez en una coyuntura atípica, considerando la complejidad epidemiológica existente en el país.

Elsa se convierte en nueva razón de desvelo para quienes deben guiar, orientar, transmitir confianza, fomentar la unidad y tomar decisiones que aseguren la preservación de recursos humanos y materiales.

Es una nueva oportunidad para retomar los planes de reducción de riesgos de desastres y poner en práctica las enseñanzas del Ejercicio Meteoro 2021, durante el cual se vaticinó que la actual temporada ciclónica sería muy activa, con al menos 16 eventos en toda la cuenca del Atlántico Norte (ocho pudieran alcanzar la categoría de huracán) y un 85% de probabilidades de que, al menos uno, afectara a Cuba.

Constituye el cuarto de estos fenómenos en la actual temporada (tres se formaron en junio). El M.Sc. Orlando Córdova García, especialista principal del Grupo de Pronósticos del Centro Meteorológico Provincial, refiere que normalmente en estos meses la formación de ciclones tropicales es muy baja, en el país el pico es en la etapa agosto-octubre, mientras, para la provincia el mayor riesgo se enmarca entre la segunda decena de agosto y la primera de septiembre.

La actual temporada ciclónica rompe esquemas y, a juzgar por las  predicciones del Instituto de Meteorología, Elsa puede ser uno de los ciclones tropicales que dejen su huella en la Isla, por lo cual debemos estar preparados para responder a las situaciones que se presenten, sin descuidar las medidas higiénico-sanitarias para evitar el contagio con el SARS-CoV-2.

El líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, nos enseñó siempre a prever los peores escenarios y este es uno de esos. Tendremos que desarrollar estrategias para combinar el enfrentamiento a dos desastres, uno natural y otro sanitario, con la fuerza y responsabilidad que nos distingue.