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    Trabajo comunitario prende en los barrios de Ciego de Ávila

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    Trabajo comunitario prende en los barrios de Ciego de Ávila

    Trabajo para llevar el agua a vecinos de una zona alta de la ciudad de Ciego de Ávila (Foto: Ortelio González Martínez)

     

    El Viejo Espigón, La Grúa, la Piñera, Llega y Pon, Las Yaguas, Sao Palma, Vallina, como otros barrios de la provincia, nacieron al ritmo de la noche.

     

    Seis, siete u ocho horas bastaban para que el esfuerzo nocturno se convirtiera en bohío, en casas de tabla o cartón, solo con lo necesario para vivir. A veces, ni eso.

    Los que pudieron, levantaron hogares más confortables que se mezclaron con los otros y extendieron las jurisdicciones.

    «La gente viene de diferentes lugares y planta donde le convenga. Uno ve crecer el barrio, lo ve extenderse y así van naciendo las ciudadelas y los arrabales insalubres. Algunos comienzan a mejorar las casas y, después, a pedir la corriente, que le arreglen las calles, le hagan las aceras», comenta Claudina, una anciana con sobradas energías para decir y hacer.

    «Las casas maltrechas se las llevan los ciclones», conclusión lógica la de Claudina.

    «QUITARLE UN PEDAZO A CADA PROBLEMA»

    Cuando el feroz huracán Irma azotó la provincia, esas mismas viviendas en mal estado fueron las que borró del mapa. También lo hizo con otras de mejor calidad, que cedieron ante el viento feroz, tanto en Punta Alegre, al norte, como en Palmarito, sureño barrio del poblado de Júcaro. En Palmarito se registraron 93 de los 102 derrumbes totales reportados en Júcaro, zona baja donde el mar entró como «Pedro por su casa».

    Pero la provincia es mucho más que Punta Alegre, Júcaro o Palmarito.

    El ciclón dejó en Ciego de Ávila 31 540 viviendas dañadas, de las cuales más del 70 % por ciento quedaron restablecidas hasta ahora, pero aún queda mucho trecho por recorrer en materia de construcción de esos inmuebles, mucho más, en la revitalización de comunidades apartadas por la gran cantidad de demandas acumuladas en el tiempo.

    Todos los empeños dirigidos a mejorar las condiciones de vida de los moradores de barrios y comunidades se vieron paralizados en distintos momentos, por las complejidades económicas que vive el país; también por la imposibilidad de cumplir con un programa coherente, que extendió los tentáculos hasta hacer impacto en viales, redes hidráulicas y de alcantarillados, entre otras infraestructuras.

    «Quitarle un pedazo a cada problema», máxima acuñada por el presidente cubano Miguel Díaz-Canel, prende en la provincia.

    A finales de noviembre de 2019, el máximo dirigente político, al encabezar un análisis sobre el Programa de la Vivienda en el territorio, instó a los cuadros del Partido y del Gobierno en Ciego de Ávila a pensar siempre en las personas con mayores necesidades, más allá de los números fríos de los planes.

    Ambos conceptos se han convertido en motor impulsor en los barrios y comunidades y están contenidos en un programa de acercamiento mutuo: los dirigentes y vecinos se entremezclan en el barrio y ambos aprenden, porque unos forman parte de los otros.

    UNA PROVINCIA ES LA SUMA DE LOS BARRIOS

    Así comienza la transformación de las comunidades en Ciego de Ávila, donde laboran cientos de personas, incluidos más de 200 jóvenes que forman parte de las Brigadas Juveniles de Trabajo Social, diseminadas por la geografía avileña, porque una provincia es la suma de los barrios, aunque a decir verdad «no es fácil llegar a todos los lugares con la misma celeridad, pero intentamos», explica Aramís Hernández Rodríguez, Coordinador de Programas y Objetivos del Consejo Provincial del Poder Popular.

    Uno de estos días de septiembre, los integrantes de los grupos de trabajo comunitario integrado llegaron hasta Jagüeyal y junto a los pobladores abordaron importantes temas como la reparación de la escuela e instalaciones recreativas y deportivas y el pésimo estado de los viales, que dificulta la entrada de ambulancias o impide, en época de lluvias, el acceso de los carros con víveres a una bodega de una localidad lejana.

    Inversiones que más allá de esperanzas son casi certezas, como la entrega próximamente de un edificio de 20 apartamentos en la comunidad de Ramón Domínguez de la Peña (Macizo Cañero) que, en breve, se sumará a otras 40 entregadas a damnificados del ciclón Irma, sobre todo a los de Palmarito, el barrio embestido por el mar y que ahora muchos se nieguen a abandonar, pese a las advertencias de que lo ocurrido puedo volver a pasar, por ser una zona vulnerable y proclive a las inundaciones, incluida en el mapa del Plan del Estado —Tarea Vida—.

    La estrategia de trabajo comunitario también tiene entre sus prioridades el cambio de hábitos, estilos de vida, con una labor multisectorial en la que participan los CDR, la FMC, Salud, comunales, los trabajadores sociales…, con el aporte de los propios vecinos, muchos de los cuales no siempre ayudan, a sabiendas de que la necesidad no solo es de recursos, sino también de mano de obra.

    Todos los domingos, en una especie de maratón limpiador, autoridades del territorio en los distintos niveles —provincia, municipios, Consejos Populares, Zonas de Defensa junto a la población, colman los barrios, las calles, en la pintura de aceras, limpieza de las áreas y otras labores útiles en la comunidad.

    Luis Pérez Olivares, director de Comunales en la provincia, habla de los 10 parques rehabilitados en la ciudad capital y varios municipios, con destaque para Florencia, Bolivia, Ciro Redondo y Primero de Enero; de las jornadas de embellecimiento, de limpieza. Ciego cambia, no al ritmo que se quisiera, pero cambia.

    Chovinismo regional aparte, es una apreciación casi generalizada de que en Ciego de Ávila se trabaja en aumento, más, después de cierta baja en las fuerzas a causa de la COVID-19, pandemia que sufrió la provincia, hoy con menor índice de infestación.

    Hoy, incluso, no se renuncia a la construcción de 822 células básicas, 675 casas por la vía estatal y 92 por esfuerzo propio, planes que distan mucho de las necesidades reales de la provincia, pero planes que le arrancan un pedacito al problema.

    Trabajo comunitario prende en los barrios de Ciego de Ávila

    Viviendas en la comunidad Ramón Domínguez de la Peña se sumarán en breve a otras ya entregadas a damnificados del huracán Irma (foto: Alden Hernández)

     

     

     

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