Múltiples son los retos para lograr un modelo sostenible de producción agrícola, transformaciones en los procesos de cultivo y comercialización, mayor acceso a los recursos y adecuados hábitos de consumo, propósitos fundamentales del Plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional (SAN).
En el empeño por despejar la ruta que asegurará el ejercicio pleno del derecho a una alimentación sana, pensar que llegará el barco con productos químicos para garantizar superior calidad y rendimiento en las cosechas, representa una utopía frente al continuo arreciamiento del bloqueo estadounidense contra Cuba.
Por eso la urgencia de desprenderse de los hábitos de la agricultura convencional y retomar con más fuerzas las prácticas agroecológicas, con las ventajas y desventajas que supone y sin abandonar los compromisos de una provincia que decide sobre la alimentación de una parte considerable del país.
Los participantes en el Taller Retos y desafíos de la implementación del Plan de SAN, analizaron las fortalezas y debilidades en la implementación de este programa.
¡Lo tomas o lo tomas! Rescatar añejas prácticas, es la única opción frente al sinnúmero de limitaciones. Se trata de aprovechar las bondades de la naturaleza y, de paso, le hacemos un favor al planeta al disminuir la contaminación; sin olvidar tampoco que las producciones ecológicas son más seguras para el consumo.
Daisy Guantes López, secretaria de Comunicación e Información de la Filial Provincial de la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (ACTAF), señaló que ante la obligatoriedad de recurrir a prácticas tradicionales para hacer parir la tierra las instituciones del MINAG, particularmente los institutos provinciales de Sanidad Vegetal y Suelos incrementan los servicios técnicos especializados a las bases productivas.
El acompañamiento ―precisó― está dirigido a la detección de plagas y a determinar las propiedades de los suelos a fin de conocer sus propiedades para una explotación más eficiente, a partir de lo cual se realizan recomendaciones sobre la base de las prácticas agroecológica: cómo emplear el humus de lombriz, los biofertilizantes y los microorganismos eficientes…
La integración entre los diferentes actores implicados en el Plan… resulta indispensable para avanzar en la producción de alimentos.
Al reasumirse antiguos métodos también disminuye la dependencia de los combustibles fósiles, necesario para hacer frente a la escasez y el alza de los precios, este último desencadenante de un aumento de los costos de las cosechas y los precios de venta a comercializadores y consumidores.
El Plan de SAN apuesta a retomar las fuentes renovables de energía ―los tiempos en que un molino de viento aseguraba la extracción de agua para el riego de los campos y el consumo de los animales―, de modo que disminuya la dependencia de las fuentes convencionales y se tribute al ahorro de electricidad y combustibles por concepto de traslado del líquido en carros cisterna u otros, explicó Guantes López.
La funcionaria de la ACTAF aseguró que los resultados de dicho programa se miden en el campo y sobre la mesa, por eso la importancia de hacer extensivas todas las acciones a la base: los municipios, consejos populares y las comunidades, donde también se potencia la agricultura urbana, suburbana y familiar.
En Ciego de Ávila todos los municipios disponen de programas de autoabastecimiento y se orientan a su materialización mediante propuestas de desarrollo enmarcadas en el periodo 2019-2025, con la premisa de producir de forma sostenible y garantizar el acceso a una alimentación suficiente, diversa, balanceada, nutritiva, inocua y saludable.
Es justo reconocer el esfuerzo que se realiza para garantizar mayor variedad y calidad en las ofertas, como también lo es mencionar las debilidades (devenidas en desafíos) para lograr la firmeza en el camino hacia la anhelada soberanía alimentaria, cuyo concepto es muy explícito y aún no logra sinergia con la realidad del cubano, por factores objetivos y subjetivos “puestos sobre la mesa”, en ocasiones, con mayor frecuencia que determinados alimentos.
El reciente Taller de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, que aunó a especialistas de diferentes ramas del MINAG en la provincia, puso al descubierto los principales retos para cumplimentar el Plan de SAN, emanados del pensamiento colectivo:
En virtud de lo planteado en el Artículo 168 de la Constitución de la República de Cuba, respecto a la autonomía municipal, los diferentes territorios tienen la obligación de fortalecer los sistemas alimentarios locales para satisfacer las necesidades de su demarcación.
Asimismo, urge mayor integración y responsabilidad de las instituciones implicadas en el Plan, cuyas carencias se deben, en gran medida, a la falta de conocimientos, indispensables para identificarse y sensibilizarse con este programa priorizado del país.
A juicio de los especialistas persiste el divorcio entre las diferentes formas productivas y los resultados científicos, aunque la tendencia sea a mejorar en este sentido; es preciso fomentar los proyectos de desarrollo local vinculados a la obtención de alimentos y fomentar los encadenamientos.
¿Se impone establecer políticas de precios favorecedoras de las cosechas, la comercialización y el acceso a los alimentos, incluidos los más recomendables para el consumo, considerando la proliferación de enfermedades como la diabetes mellitus, hipertensión, obesidad y los trastornos cardiovasculares, padecimientos que exigen estrictos hábitos alimentarios para prolongar la vida.
Resultan insuficientes las acciones de comunicación social que se desarrollan desde los organismos implicados y los medios de prensa, con el propósito de orientar a los implicados y la población en general sobre este proyecto, sus beneficios y la necesaria cooperación colectiva para materializarlo.
La cultura alimentaria, por citar solo un ejemplo, requiere el concurso de instituciones de salud y educacionales para formar hábitos de consumo saludables, sobre la base del conocimiento sobre lo que representa una alimentación sana.
Ineludible, además, la formación de capacidades, la orientación y asistencia técnica a la base, la generalización de los resultados de la ciencia y rigor en las acciones de control, estas últimas urgidas de un cambio que aseguren chequeos coincidentes con los ejes estratégicos.
En cuestiones teóricas y organizativas la “mesa” está servida, solo falta “comer” y hacerlo con el apetito.