El hecho de que el aeropuerto internacional Jardines del Rey, en Cayo Coco, no haya interrumpido sus operaciones ni una sola vez durante los dos últimos años demuestra que, aun en medio de las más adversas condiciones epidemiológicas, la actividad turística no se detuvo en Ciego de Ávila.
Mario Hernández Rivero, director de la Unidad Empresarial de Base Aeropuerto Jardines del Rey, ejemplifica con cifras que en el 2021 atendieron a más de 190 000 pasajeros y realizaron alrededor de 1 100 movimientos de aeronaves.
Aunque los datos resultan mínimos en comparación con años de bonanza para el destino de sol y playa, resalta la entrega del colectivo que, gracias al cumplimiento estricto de los protocolos sanitarios, no padeció ningún foco de la COVID-19 y, por el contrario, hizo posible el ingreso de unos 270 millones de pesos a la economía.
El cierre de los hoteles ante la caída del turismo a nivel internacional fue utilizado para la renovación de las instalaciones y la capacitación de los trabajadores; en tanto constituyó una tregua para el ecosistema, mediante acciones para la recuperación de las dunas y el mejoramiento de las playas con vertimiento de arena.
Este 2021 fue un año trascendente en la consolidación de la infraestructura al concluir la rehabilitación de los puentes que conforman el pedraplén que une la cayería con tierra firme, lo que da mayor seguridad a las operaciones del transporte.
Igualmente, avanzaron las inversiones asociadas al desarrollo hotelero, entre ellas las instalaciones hidráulicas de cayo Paredón Grande, la construcción de una planta desalinizadora en Cayo Coco y mejoras en la conductora que va desde la ciudad de Morón hasta la cayería.
Como locomotora de la economía, la actividad turística mantuvo activos a otros sectores no menos importantes y permitió el empleo a cientos de trabajadores de diversas ramas durante todo el año.
Con la reapertura de las fronteras, se incorporan paulatinamente los hospedajes, en dependencia de la creciente demanda de vacacionistas foráneos y nacionales, y se reaniman las actividades extrahoteleras.
Unas 25 entidades económicas del territorio emergen como proveedoras de alimentos y servicios, entre ellas, empresas que tradicionalmente han comercializado sus producciones en los destinos turísticos del país; así como proyectos locales y minindustrias que buscan posicionar sus mercancías.
Destacan DCballos, Turiguanó, La Cuba, La Ceiba y la Mipyme Media Luna, además de productores independientes y cooperativas que reciben por esta vía una inyección de divisa para la adquisición de recursos, tecnología y nuevos emprendimientos.
Con unas 10 000 habitaciones en 22 instalaciones hoteleras, Jardines del Rey estima un crecimiento de más del 50 por ciento en la temporada invernal, cifra que confirma la preferencia del mercado canadiense y la sostenibilidad de otros tradicionales como el ruso, con un alto nivel de fidelidad y satisfacción con el destino.
Tras la apertura, retornan al enclave líneas aéreas como Transat, con cinco frecuencias semanales; Air Canadá, con siete; y Sunwing, Webjet, Hola sol y Caribe sol, con dos vuelos cada una; mientras se mantienen otras operaciones desde Rusia y Cancún.
Sin dudas, la llamada locomotora de la economía no solo se mueve en Ciego de Ávila, sino que arrastra consigo numerosos rubros, creándoles oportunidades de crecimiento y desarrollo.