El vicepresidente de la República de Cuba, Salvador Valdés Mesa, aseguró que la actual contienda azucarera pondrá a prueba la capacidad de los trabajadores del central Ciro Redondo para incrementar la eficiencia, tras la inversión de 93 millones de pesos que convirtió esa industria avileña en la más moderna de su tipo en el país.
En esta campaña tiene el compromiso de producir 62 mil toneladas de azúcar, “una dura prueba para este central y sus trabajadores, quienes deben ser informados sobre la relevancia de cumplir la meta para potenciar el desarrollo económico y social”, subrayó el también miembro del Buró Político del Comité Central del Partido.
Ubicado en el cuarto nivel de automatización, garantía para la humanización del trabajo y la eficiencia productiva, la entidad deberá acompañar la modernización tecnológica con el aumento progresivo de la preparación del personal y desarrollar acciones para lograr su permanencia, señaló.
Reflexionó sobre la importancia de desarrollar las producciones cañeras a corto plazo, con el empleo de la ciencia para identificar las variedades más apropiadas en correspondencia con las características de los suelos, la disponibilidad de agua, las variaciones del clima y la resistencia a enfermedades.
“Si hay caña tendremos centrales y habrá zafra para desarrollar un sector que se considera estratégico para el progreso de la economía nacional y tiene el compromiso de aportar significativos ingresos al país, además de formar parte de la cultura e identidad de la nación por su permanencia durante más de 200 años”, resaltó.
En el caso particular de la Empresa Agroindustrial Ciro Redondo, tiene el reto de producir la gramínea necesaria para efectuar zafras de 180 días, lo que exige sembrar otras 25 mil hectáreas, de las cuales 12 mil estarían bajo sistemas de riego, destacó.
Valdés Mesa enfatizó que la industria azucarera en el país está llamada a diversificar sus producciones para lograr la anhelada recuperación, por tanto, además de azúcar crudo y refino, mieles, torula, alcoholes, cartones de bagazo y otros derivados, deberá incursionar en la producción de alimentos para consumo humano y animal.
Exhortó a desarrollar la cría de animales, siembra de cultivos varios y la fabricación de materiales de construcción, lo que coadyuvará a lograr la eficiencia económica, sumado a la exportación de azúcar y otros derivados de la caña.
Las tierras liberadas de marabú para abastecer la Bioeléctrica recién sincronizada a ese central, deben aprovecharse para cosechar alimentos, de manera que también se tribute al cumplimiento del Programa de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, encomendó.
El vicepresidente cubano insistió en que las máximas autoridades del municipio y la provincia deberán acompañar a las empresas agroindustriales azucareras en la ejecución de estas transformaciones y en las contiendas azucareras, con prioridad en la atención a los trabajadores.
“Un central es un emporio de riquezas, por tanto, no debemos conformarnos”, recalcó.
Se refirió, además, a la obligación social de las empresas agroindustriales azucareras con el desarrollo local, a partir de lo cual conoció que la Ciro Redondo tiene el compromiso de aportar en el actual año unos siete millones de pesos a las arcas municipales.
Durante su estancia recorrió diferentes áreas de la Bioeléctrica, primera de su tipo en el país y con un aporte de 35 megawatts hasta la fecha, tras ser sincronizada la primera parte al central azucarero, lo que representa un avance en materia de soberanía energética.
Indagó sobre las estrategias que se desarrollan para asegurar la biomasa necesaria para el funcionamiento de esa industria, cuya materia prima esencial deberá ser el bagazo de la caña de azúcar (70 por ciento); el resto de las necesidades serán cubiertas con marabú y, en menor medida, con los denominados bosques energéticos, previstos a desarrollarse con plantaciones de eucalipto y casuarina, en la medida que la disponibilidad de recursos lo permita.
