Las sospechas de que el incremento de la tasa de incidencia de COVID-19 en Ciego de Ávila estuviera motivado por el avance de ómicron ya se despejaron. No únicamente por los dos casos comprobados mediante secuenciación, sino por las declaraciones de los expertos del IPK: resultados preliminares la sitúan como la variante que ya prevalece en Cuba.
Sólo así se entendería que, luego de una mejoría de la situación sanitaria y los progresos diarios en la vacunación, vuelva la ola de contagios a multiplicar los casos positivos al SARS-CoV-2. Para nuestra provincia es muy evidente. De 21 contagios reportados el 30 de diciembre pasamos a 39 el 6 de enero y, de ahí hasta el cierre del día 12, la cifra se duplicó de una jornada a otra.
Con los 205 casos autóctonos informados el jueves, la semana acumula más de 500 y aún no se computan los últimos reportes. Un total de esa magnitud no se experimentaba aquí desde finales de septiembre, cuando todavía delta nos tenía contra las cuerdas. La diferencia, además de los nuevos protocolos diseñados, es que la letalidad se ha mantenido estable. Afortunadamente, desde el 31 de diciembre no ha fallecido ningún avileño por COVID-19.
Pero no bajemos la guardia: ómicron no es un catarro. La propia Organización Mundial de la Salud ha llamado a no subestimar los peligros de la variante, sobre todo porque antes del SARS-CoV-2 las gripes estacionales e influenzas provocaban hasta 650 000 muertes en todo el mundo. Para Cuba, influenzas y neumonías están entre las cinco primeras causas de mortalidad.
La complejidad de este momento, alertó el doctor José Luis López, subdirector de Epidemiología en el Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, además de la muy alta contagiosidad de ómicron, es la circulación de otros virus (influenza, rinovirus), que producen síntomas respiratorios similares. Esta circunstancia podría disminuir la percepción del peligro porque pensemos que se trata de un catarro.
En ese sentido, los protocolos actualizados siguen insistiendo en que primero se descarta la COVID-19 y luego se toman otras providencias. El especialista llamó la atención, asimismo, sobre la oportunidad del diagnóstico. “En la llegada a tiempo al sistema sanitario estaría la clave para transitar la nueva ola sin demasiados sobresaltos”, dijo.
Hoy todos los municipios avileños reportan casos y en la semana han predominado los positivos contactos de confirmados, un dato que reafirma la alta contagiosidad y lo imperioso de apegarse a las medidas de contención: nasobuco (doble si es posible), distancia social y evitar espacios cerrados.
En una reciente reunión del Grupo Temporal del Gobierno, el Doctor en Ciencias Raúl Guinovart Díaz, decano de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana, explicó que, de forma global, los modelos arrojan un rápido crecimiento del número de confirmados, con elevados picos, que podrían tensar el sistema sanitario, pero también un descenso abrupto para mediados de marzo.
Todavía es pronto para saber si se cumplirá el pronóstico. Contra las probabilidades, ya lo hemos dicho, sólo tenemos una fórmula: responsabilidad.