El inicio de 2022 llega en materia de epidemiología con indicadores que, a la primera, pudieran alegrarnos, pero luego, en un ejercicio de interpretación más profunda, nos dejan con las ganas, porque el mosquito Aedes aegypti no ha dejado de picar, por más que los números ilustren una mejoría.
Si tenemos en cuenta que la vigilancia es el factor determinante para comprender el escenario epidemiológico en el que nos movemos y que tanto el año pasado como en el que recién empieza ha sido baja, sobre todo, por la prevalencia de la COVID-19, estas cifras son apenas una parte de la realidad.
Por eso no podemos cantar victoria con el dato de que la tasa de incidencia de dengue ha disminuido en un 92,6 por ciento con respecto a igual etapa del año anterior, mucho menos cuando ha aumentado en un 41,9 por ciento la reactividad en la semana cuatro de 2022.
Esto confirma lo que dijimos antes: baja la incidencia, pero no la reactividad, aun cuando existen menos posibilidades de enfermar, aumenta el número de personas que luego de ser estudiadas a través de pruebas IGM resultan positivas al virus.
De hecho, el pasado año cerró con un 40,9 por ciento de ingresos, mientras que 2020 lo hizo con un 86 por ciento, a simple vista los números son considerables y varias preguntas quedan suspendidas en el aire: ¿qué pasaría si los por cientos de ingresos fueran mayores? ¿hay otra realidad tras los números?
Con esta misma línea de pensamiento, Domingo Molina Hernández, especialista del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, habla de una disminución de un 57,9 por ciento de la cantidad de ingresos en la semana cuatro, sobre todo, en los municipios de Florencia, Ciro Redondo y Primero de Enero.
“Si no ingresamos, si no aislamos síntomas febriles inespecíficos y los estudiamos con prueba IGM los indicadores epidemiológicos se resienten. La intersectorialidad, el fortalecimiento de los equipos de trabajo en la Atención Primaria de Salud y el trabajo conjunto con los responsables de Asistencia Médica en cada municipio son claves. Es necesario comprender que este es un trabajo de todos”.
Al cierre de 2021 se declaró transmisión en las áreas de salud Norte y Sur, de la ciudad capital, así como en Majagua, lo que conllevó a un despliegue de las acciones de mitigación, dígase radiobatidas, tratamiento adulticida y pesquisa activa. Ahora, con carácter semanal se estratifican zonas de riesgo y se decide cómo serán intervenidas.
En este proceso cambios en las estrategias de trabajo pudieran rendir mejores resultados, por ejemplo, se han descentralizado los laboratorios y en cada municipio del territorio pueden llevarse a cabo pruebas IGM, lo cual garantizará diagnósticos más rápidos y ahorro de recursos.