Los pobladores compartieron con el Secretario del Partido sus inquietudes con respecto a la calidad de los servicios
Cuatro años llevan la doctora Dayanni Laffita Romero y su familia viviendo en la casa-consultorio de la comunidad de Tuero, en Morón, un inmueble al que le faltan espacios y buenas estructuras para dar cobija y salud. Esa realidad debe empezar a cambiar en 2022, cuando el programa de transformación integral de barrios vulnerables haga escala allí.
Con poco más de 1 100 habitantes, Tuero está en las márgenes del consejo popular El vaquerito, también ubicado en el margen de la Ciudad del Gallo. Tuero es rural y vulnerable, con todo lo que ello implica: nació y creció sin apego a los mandatos de la urbanidad, sin redes hidrosanitarias, con viales mal trazados. Combina casas bien construidas y confortables con otras que no lo son.
Y justo en el centro de ese tejido de callejuelas polvorientas y patios cercados con cardón, un consultorio del Médico y la Enfermera de la Familia, una escuelita multígrado y su parquecito, la bodega, la placita y un “complejo” que hace las veces de comedor del Sistema de Atención a la Familia y bar-cafetería. Por ese rincón moronense comenzó este viernes un nuevo sistema de trabajo del Comité Provincial del Partido (PCC) en Ciego de Ávila, que prevé visitas integrales y periódicas a los municipios.
En la casa-consultorio de la doctora Dayanni las autoridades de Morón, Nilka Drake, primera secretaria del Comité Municipal del Partido, y Magdalena Díaz Matos, presidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular, explicaron a Carlos Ruiz Garrido Pérez, miembro del Comité Central del Partido y su primer secretario en el territorio, el alcance por trimestres de la transformación en los barrios vulnerables.
Además de los planteamientos inscritos en el Plan de la Economía, la provincia cuenta con un presupuesto de 8,1 millones de pesos para realizar acciones en 11 comunidades. Aunque el recorrido empezó por Tuero, los primeros en materializar el cambio serán Patria y El Chillante.
Se chequeó la obra civil del emplazamiento de los generadores de oxígeno. El Hospital Roberto Rodríguez necesita unos 1 000 litros de oxígeno diarios
De hecho, ya se nota, pues según Yolexis Valdés, directora municipal de Educación, cuatro centros están siendo intervenidos en esas localidades y para ello se ha contratado los servicios de actores estatales y no estatales de la Economía. En total serán ocho centros escolares los que en 2022 recibirán remozamiento, incluida la escuela multígrado Ángel Gutiérrez Núñez, de Tuero. Se trata, apenas, de un primer paso para llegar a una red municipal de 40 instituciones, necesitadas todas de acciones constructivas, en mayor o menor grado.
En realidad, el anciano que interpeló a Garrido Pérez estaba haciendo la cola para el pan, pero al ver llegar al Secretario olvidó su rutina diaria y se dispuso a dialogar. Habló, precisamente, de la calidad y el tamaño del pan, una queja que saldría varias veces a lo largo del recorrido. “Mire, Secretario, es verdad que los problemas están, pero sí se pueden resolver. Por ejemplo, ahora vinieron y arreglaron un poco la calle, eso hay que hacerlo con todo. No puede ser que porque haya una visita se hagan cosas, porque la visita luego se va y nosotros nos quedamos. Para que vea, el pan hoy vino mejor, ¿es casualidad?”
El máximo dirigente partidista, después de escuchar al anciano y darle la razón en la importancia de sostener lo que se hace, explicó el alcance del programa de transformación integral de los barrios y la necesidad de que el pueblo sea protagonista en la toma de decisiones y la fiscalización. También recordó las limitaciones derivadas del enfrentamiento a la COVID-19 y los efectos del bloqueo recrudecido en tiempos de pandemia.
Una conclusión que se reiteró en el Mercado Agropecuario Estatal Número 13 El Platanito, ahora bajo la administración de la Empresa Agropecuaria de Florencia. Cuando la comitiva que acompañó a Garrido Pérez llegó a la placita, todavía olía a fresca la pintura y las canastas estaban llenas de viandas y vegetales de muy buena calidad. Los clientes se aglomeraban en la entrada y el murmullo parecía confirmar la suposición colectiva: “lo que hace falta es que se mantenga así siempre”.
El pueblo aprovechó para comentar otras inquietudes, relacionadas con el alumbrado público, pues su ausencia aumenta peligrosidad a la principal y más transitada vía de Morón. Una vía que pasa por el costado del Asilo de Ancianos, construcción terminada en 1944 como hospital municipal y que, desde 1991, funge como asilo. Allí los estragos del tiempo y la falta de mantenimientos oportunos han derivado en una red hidrosanitaria deficiente que se obstruye con frecuencia y una fosa sanitaria a punto de derrumbarse.
El doctor Noel Fajardo Losada, director de la institución, y Xiomara Vidal Hernández, administradora, acompañaron al miembro del Comité Central del Partido hasta la lavandería, donde dos lavadoras no son suficientes para responder a la demanda de ropa limpia de los 66 ancianos que allí viven. Tanto esas lavadoras, como las del Hospital Provincial Roberto Rodríguez, llevan el sello de SERVTES, proyecto de desarrollo local que ha recuperado equipos, incluso, listos para la baja técnica.
Cuando Garrido Pérez entró a la lavandería del Roberto Rodríguez una de las lavadoras había “cantado” y ya estaban llamando al ingeniero Albertico, Alberto Gómez Abreu, “mente maestra” detrás de SERVTES y hacedor de lo imposible. Con una demanda de 500 a 700 kilogramos de ropa sucia a lavar a diario, se entiende la urgencia.
En el Roberto Rodríguez, acompañado por su director Yoenki Tapia Valido, el Primer Secretario recorrió el emplazamiento donde se montarán dos plantas generadoras de oxígeno (previstas a colocar en diciembre último, pero retrasadas), que evitarán que ese centro asistencial vuelva a quedarse sin “aire”, como sucedió en el momento más crítico del enfrentamiento a la COVID-19 en la provincia.
Un muy joven Miguel Mazorra Pazos, jefe del Servicio de Neurocirugía del hospital moronense, explicó a Garrido Pérez y el resto de los funcionarios políticos y administrativos allí presentes los resultados del servicio, donde se forma el también muy joven doctor boliviano Reinaldo Cori, residente de Segundo Año en Neurocirugía.
“Les ha tocado formarse en un momento especialmente complejo, bajo el azote de una epidemia de COVID-19 que lo hizo todo más difícil”, dijo Garrido y elogió que se mantuvieran prestando servicios de calidad en medio de esa circunstancia. Una circunstancia, agravada, por cierto, por la ausencia de equipos como un microscopio electrónico óptico y un craneótomo, los cuales no ha sido podido adquirir a nivel de país. Con esas tecnologías sería mejor el diagnóstico y tratamiento de las principales patologías que atiende el servicio: neurotraumas, tumores, hidrocefalias y aneurismas.
“Este año vamos a terminar con 36.6 hectáreas de estanques sembrados con alevines de claria y ciprínidos, fundamentalmente”, fue la explicación de Ramón Pardo Ávila, director del Centro de Alevinaje, en el momento en que Garrido Pérez se interesó por las acciones de recuperación de capacidades de cría, reproducción y ceba en esa entidad, “corazón” de la acuicultura en Ciego de Ávila.
El Secretario del Partido había participado momentos antes en la Asamblea de Ejemplares, donde fueron propuestos cuatro compañeros para integrar las filas del PCC. “Ustedes son la base de nuestro Partido”, les dijo y los conminó a trabajar duro en la sostenibilidad de un programa imprescindible en la garantía de proteínas para el pueblo.
Si fuera necesario convertir en metáfora una visita de trabajo, para que trascienda la temporalidad y el alcance, tendríamos que decir que este primer acercamiento integral del Buró Provincial del Partido a Morón concluyó como empezó: en el barrio. De vuelta en Tuero Garrido Pérez asistió a una asamblea de federadas que se hizo coincidir con su presencia, obviamente.
Luego el proyecto sociocultural Yambambó, defensor de las tradiciones haitianas sembradas en la comunidad por su gente, danzó al ritmo de tambores y cencerros. Fueron las mujeres de Famme Zetwal las protagonistas, con unas sonrisas hermosas, sus vestidos vaporosos y coloridos, y el baile arremolinado. Una fuerza de la Naturaleza las mujeres de Tuero, es la verdad.
Yambambó ha revolucionado culturalmente la comunidad
Y de allí a la calle Roberto Rodríguez, la principal del consejo popular El Vaquerito, un camino al que le habían acabado de pasar “cuchilla” y que solo por eso, dijeron los pobladores de allí, era transitable. “Aquí no se podía caminar, un hueco detrás de otro”, comentó un vecino que lamentó que el vial no pasara por delante de su casa.
A la altura del puentecito del Canal El Roble, Garrido Pérez se detuvo a dialogar con los integrantes de las fuerzas constructoras encargadas de las obras: la brigada de la Empresa de Mantenimiento Vial y la Empresa Constructora El Vaquerito. Se acordó in situ limpiar lo más posible el canal, porque en época de lluvias un aguacero grande inunda el barrio. Todavía está tibio el recuerdo de la inundación del año pasado. “El agua llegaba por aquí”, dijo un vecino y marcó por encima de la rodilla. “Ni en bicitaxi se podía pasar, el agua te arrastraba”.
La reparación de la calle principal de El Vaquerito, barrio periférico y desigual (combina casas de tres pisos con inmuebles en mal estado), que incluirá la denominada penetración invertida (líquido asfáltico sobre el rocoso afirmado), es un planteamiento casi histórico en el sistema del Poder Popular que, finalmente, tendrá una solución. Es lo que se espera de la transformación integral de los barrios: saldar viejas deudas y acortar las brechas de la equidad.