Cuando este 18 de febrero celebremos el Día del Instructor de Arte y recordemos la impronta de Olga Alonso González, nos alegraremos por partida doble. Primero, por la constancia y la vocación de un gremio que ha sabido alegrar comunidades y echar a andar proyectos culturales en las más improbables condiciones; y, luego, porque la Brigada de Instructores de Arte José Martí en Ciego de Ávila llegará a esta fecha con objetivos de trabajo cumplidos y nuevas proyecciones.
Así lo explica Jenny Rodríguez Brito, funcionaria de la dirección provincial de la Brigada, en medio de las sesiones de debate que acompañan la realización del Consejo Provincial, reunión de trabajo que, cada seis meses, mira con lupa la gestión de la organización.
“Revisar la vida interna y el funcionamiento de las estructuras de base es fundamental en estos días, porque sabemos que si las cosas no están bien a ese nivel, poco puede hacerse. Por eso, actualizamos la estructura provincial, acreditamos a los presidentes municipales y abanderamos a la Guerrilla 50 Aniversario. Temas como el uso de las redes sociales, el trabajo comunitario y las opciones de superación serán debatidos y pretendemos que 2022 marque el inicio de una nueva etapa con mejores resultados”.
Lo cierto es que los instructores de arte tampoco han escapado a las complejidades de 2021; sin embargo, las intervenciones comunitarias no se detuvieron y llegaron hasta zonas con entornos socioculturales complejos; entre ellas, Los Hoyos, en Majagua; Turiguanó, en Morón; y 9 de Abril, en Ciego de Ávila; mientras que ya planifican visitar La Clementina, en el municipio de Baraguá.
A su vez, diferentes proyectos liderados por miembros de la Brigada han cautivado y demostrado cuánto puede hacerse con empeño y trabajo sistemático. En esta lista se encuentran, por ejemplo, El Hormiguero, relacionado con la locución; Ananá, que se adentra en la creación audiovisual; y Guitarra Joven, que motiva a los pequeños con este instrumento musical.
También las filas se han renovado, pues si bien la formación está detenida, la reforma salarial de hace unos años permitió que alrededor de 200 se reincorporaron y asumieran, sin contradicción, la función docente y la de conducir procesos de creación artística. Ahora, suman 415 instructores que diseminados por nuestra geografía hacen del arte disfrute común.
Hay una fortaleza tremenda en el movimiento cultural que gestan a su alrededor, pues la oferta crece y el movimiento de artistas aficionados se consolida, pero, también, porque la escuela y la casa de cultura se consolidan como centros de las comunidades y eso bien vale los esfuerzos. Dichosos por tener a este ejército y por disfrutar de sus victorias desde la platea y a viva voz.