Estos días tremendos para toda Cuba, él no ha dejado de ser presencia. Tengo la impresión que aquellos que han invocado a deidades o a un Dios todopoderoso, lo han incluido en sus oraciones, convencidos de que escucha y que como siempre nos tuvo acostumbrados, no falla.
Los más ateos, se han erguido y como herederos de su estirpe, no solo enfrentaron las llamas. Se le ha hecho frente también a los zarpazos e intentos de desacreditarnos (una vez más, como manido guion, de un filme que no logra ser taquillero); hemos tenido que dejar bien claro que la juventud con la que contamos es de Patria o Muerte y que, como pueblo, ya no concebimos otro camino que el de la victoria.
Este 13 de agosto Fidel cumple 96 años. Y digo Cumple, así en presente, porque no ha estado ausente ni un segundo. Espacios virtuales y físicos, bien reales y tangibles han sido colmados con su figura, sus ideas. La fortuna de tenerlo, desde su legado nos hace sentir seguros, fortalecidos. También nos obliga a no fallar, a reinventarnos y sobre todo a no desfallecer.
Es bien sabido que un día Fidel Alejandro Castro Ruz se hizo Fidel. Y ese Fidel se convirtió en revolucionario, para además ser “el político, el combatiente, el intelectual, el heredero de Martí, el militante comunista, el internacionalista, el defensor de toda justa causa, el ser humano más extraordinario nacido en Cuba en el siglo XX” (https://misiones.cubaminrex.cu/es/articulo/comandante-en-jefe-fidel-castro-ruz-para-todos-los-tiempos), admirable y admirado.
Para continuar siendo Fidel es imprescindible ser corajudo como él, es ser digno, es no mentir jamás, y es también vivir sin tener precio. Es ser solidario y humanista, porque eso lo distinguió e hizo que distinguiera a nuestra Revolución. Continuar la trayectoria o el sendero trazado por él, implica saber convertir los reveses en victorias. No hay repliegue posible. De Fidel aprendimos a ser audaces.
Cumplir 96 años es mantenerse en la eternidad, impregnado en una nación que diariamente acude a su pensamiento, porque sencillamente el Invicto Comandante es imprescindible.