Un viernes en la mañana el teléfono de la notaría de Ciego de Ávila podría colapsar con mucha facilidad antes de que se agoten las citas para la próxima semana. Habrá quien llame una y otra vez, hasta agenciarse un día y una hora para su trámite, o quien lo intente con igual insistencia para, al final, escuchar que se agotaron los turnos, sin otro remedio que resignarse a esperar al próximo viernes.
Pero antes de llegar ahí, eran las aglomeraciones en pleno bulevar y todo lo que ello implica (colas de madrugada, reventa de turnos, desorganización) los obstáculos a vencer paraacceder a un notario. Un “caos” que llegó de la mano del crecimiento en la demanda de los trámites notariales —sobre todo en la unidad notarial del municipio cabecera, la más grande de la provincia y, por ende, la de mayor radicación— y al que, como explica Yordan Carbonell Montiel, jefe del Departamento de Notarías y Registro Civil en la Dirección Provincial de Justicia, trataron de ponerle freno con la implementación del sistema de citas por teléfono. Si lo lograron o no, está por ver.
Que sea una medida para ganar en organización, bien puede entenderlo Marta Carralero Ordóñez, aunque en su opinión “no es la mejor opción”. Y lo dice con toda la propiedad de quien, para hacer una donación de vivienda a su nieta, llamó sin parar un viernes desde las 7:59 hasta las 9:34 a.m. y, cuando le contestaron, no quedaban turnos disponibles. Si pudo avanzar, sin tener que esperar otra semana, fue gracias a su vecina que, por ayudarla, lo intentó a la par y logró “clasificar”.
Como la suya, otras historias, más o menos felices, pueden escucharse entre quienes aguardan en las afueras de la entidad. El panorama ya parece complejo contado desde allí, pero se agrava mucho más, puertas adentro, si, como revela el jefe del Departamento de Notarías y Registro Civil, de 29 notarios con que cuenta la provincia, solo cinco laboran en ella.
Mas la falta de notarios es apenas la punta del iceberg, pues a ello Carbonell Montiel agrega el tiempo que requiere la actividad notarial, dictado por los principios inviolables que la rigen, el cual está en correspondencia con las complejidades del tipo de tramitación a efectuar. “El notario no es un simple tramitador. Debe redactar su documento, leer, asesorar y tratar por todos los medios de que esa persona que está ante él se vaya con un conocimiento básico del trámite que está haciendo”.
Un tiempo al que han impuesto pausas, casi obligatorias, las afectaciones del fluido eléctrico de los últimos meses, por más que “la prioridad ha sido adelantar todo lo posible mientras haya electricidad”, sin que eso pueda destrabar del todo el “cuello de botella” pues, a diferencia de otros lugares, “la rapidez de un servicio de notaría puede que genere tramitación, pero no calidad.” De qué satisfacción podríamos hablar si los errores y la falta de orientación obligaran a volver.
A lo crítico de la situación le ponía adjetivo TaydiAlmeteros Quiñónez, notaria principal y subdirectora provincial de Justicia, cuando declaraba a Radio Surco que, “tenemos prácticamente categorizado como colapsado el servicio notarial”.
Y al adjetivo le pone contexto Yordan Carbonell al hablar de una tramitación en acenso desde 2011, con la entrada en vigor de la ley que aprobó la compraventa y donaciones de viviendas, y a la que puso más peso el aumento de la cultura jurídica de una sociedad que no escapa al flujo migratorio, el cierre de oficinas forzado por la Covid-19 con sus consiguientes atrasos para los trámites ya iniciados, la constitución de las medianas y pequeñas empresas, hasta la reciente aprobación del Código de las Familias, con todas sus modificaciones, que fijaron un reto de autosuperación para los juristas.
Como resultado, precisa Carbonell Montiel, en las notarías de la provincia son autorizados diariamente un promedio de 50-60 documentos, cuando hace cinco años promediaban 30. Un salto cuantitativo que traspasa fronteras provinciales. Durante el 2019 —según expuso en julio último el ministro de Justicia, Oscar Silvera Martínez, al dejar inaugurada la Unidad Notarial Docente de la Universidad de Ciego de Ávila Máximo Gómez Báez—, fueron emitidos en las notarías de todo el país alrededor de 685 000 documentos, un pronóstico que para este año anda cerca de los 900 000.
Y como quien no pretende justificar, reconoce Yordan Carbonell que, a la par de los problemas objetivos, también “existen indisciplinas, falta de sensibilidad, maltratos, peloteo. Ese cáncer sigue rondando”. Situaciones que, si bien no son habituales, no deberían existir; motivo por el cual, precisa, cuando se detectan y se prueban, acaban con la expulsión del implicado.
A la ecuación notarial, cuyo resultado siempre debería ser un mejor servicio, hoy le está costando despejar sus variables. A más demanda, más notarios, ahí sitúan muchos la solución expedita, pero el jefe del Departamento de Notarías y Registro Civil sabe que no es tan fácil, porque “un notario se forma con años y no todos los juristas quieren serlo”.
Sin embargo, mucho podría influir en esa formación la referida unidad notarial docente, que también ha sido una suerte de “alivio” al acercar los servicios a la comunidad universitaria. Por lo pronto, incentivar el proceso de habilitación de estos profesionales del Derecho es prioridad y las esperanzas están puestas en el venidero diciembre, cuando está previsto tenga lugar el próximo examen de habilitación que realiza el Ministerio de Justicia.