Garantizar la venta en tiempo de los uniformes escolares para los grados en que está establecida, la atención diferenciada al Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas (IPVCE), el enfrentamiento al delito, la corrupción y las ilegalidades dentro del sector, así como asegurar que ningún aula quede sin maestros el 28 de noviembre, cuando inicie el curso escolar 2022-2023, son de las prioridades que ahora mismo tiene por delante la educación avileña a las puertas del nuevo calendario docente.
Así lo precisó Ena Elsa Velázquez Cobiella, ministra de Educación, al constatar este jueves los aseguramientos en la provincia para el comienzo del próximo período lectivo, en el que 405 instituciones educacionales abrirán sus puertas—de ellas, 394 centros escolares—, con una matrícula de 68 554 estudiantes.
La titular del ramo resaltó que el venidero curso escolar también será más corto que lo acostumbrado, por lo que “requiere de mayor preparación y empeño por parte de todos”, más ante las 754 necesidades de maestros que el territorio no podrá suplir, fundamentalmente, en los niveles educativos de Secundaria Básica (174), Educación Técnica y Profesional (ETP) (122), y Primaria (100), y que como informó Luis Enrique Calderón Piñeiro, director provincial de Educación, deberán quedar cubiertas con alternativas como el contrato por horas, el incremento de la carga docente y de la relación profesor-alumnos.
Ante tal situación, Velázquez Cobiella instó a reanimar la estrategia de atención integral al docente, en la que alguna vez Ciego de Ávila fue de los territorios punteros, y que, si bien no se ha detenido, según evidenció el director provincial, “debe continuar siendo una prioridad porque todavía no se logra llegar a todos los maestros”.
Precisamente el completamiento de la plantilla docente es la piedra en el zapato que hoy impide al IPVCE Cándido González Morales tener un centro de entrenamiento para concursos y un grupo de noveno grado que, en el futuro, mucho podría aportar a la matrícula de un plantel—entre las más bajas del país—, que, para el calendario docente por venir, tampoco cumplirá el plan de plazas de nuevo ingreso previsto.
De ahí que su director, Enrique Lazo Martínez, dijera que se buscan alternativas para garantizar la cobertura docente y asegurar la permanencia de un claustro de calidad, entre ellas, estrechar los vínculos con la Universidad de Ciego de Ávila Máximo Gómez Báez, en función del entrenamiento de alumnos para los concursos. El venidero período docente deberán mejorar con la incorporación de tres recién graduados de las especialidades Biología e Inglés.
Pero los retos de cara al cercano curso escolar están, además, en el rescate del principio estudio-trabajo, cuestión en la que Calderón Piñeira considera que “el problema no es que no haya lugares donde trabajar, la limitante está en acabar de entender que este es un principio de la educación cubana que merece ser recuperado”.
La esencia la resumía la propia ministra, cuando apuntaba que “necesitamos producir y aportar más”, lo que no podrá lograrse si la organización y la iniciativa no parte de la escuela. “El estudiante tiene que saber qué está aportando y por qué lo está haciendo. Se trata de ampliar lo que ya estamos haciendo, pero también de sistematizarlo”.
Por ello, llamó a aprovechar mejor los recursos que el proyecto “Fortalecimiento del proceso de formación profesional de jóvenes y trabajadores en la Educación Técnica y Profesional” (Profet) ha colocado, hasta el momento, en el Instituto Politécnico José Antonio Echeverría, de la ciudad cabecera, los que además de impulsar una educación de mayor calidad, bien pueden aprovecharse en la prestación de servicios y la producción de bienes, dos frentes para los que “todos los institutos politécnicos tienen potencialidades”.
Asimismo, convocó a sumarse a la batalla que hoy se libra en el país para el enfrentamiento a la corrupción y las ilegalidades, y a la que Educación no puede quedar ajena, por ser un tema estrechamente relacionado con muchos de los procesos al interior del sector, donde “existe una cantidad importante de recursos que pueden dar lugar a este tipo de hechos si no hay un control sobre ellos. Hay que mirar hacia adentro, llegar a cada escuela y que cada trabajador pueda aportar”.
Sobre la venta del uniforme escolar para el curso escolar 2022-2023, se conoció que resultó imposible para la provincia iniciarla el pasado 2 de noviembre, como estaba indicado, dado que, hasta la fecha, la industria no ha podido entregar la cantidad de prendas que permitan iniciarla total o parcialmente, según lo acordado para la primera etapa: dos prendas superiores y una inferior, para preescolar y quinto grado, y una superior y una inferior para séptimo y décimo grado, primer año de la ETP y la formación pedagógica.
Dicha situación compromete la entrega en tiempo de un recurso clave para el comienzo del calendario docente y que, a criterio de Velázquez Cobiella, no admite tal retraso, si se considera que la mayoría de las prendas se fabrican en la provincia y que la industria cuenta con buena parte de las telas necesarias para producir los uniformes. Por tal motivo, exhortó a lograr una mejor comunicación con la industria y el Mincin, de manera que las familias puedan obtener los uniformes con la mayor antelación posible.
Otra asignatura pendiente para el territorio sigue siendo la apertura de casitas infantiles —Matanzas y Ciego de Ávila son las únicas provincias que no tienen— que ayuden a aliviar las 1186 solicitudes para círculos infantiles que, hasta la fecha, esperan por una plaza.
Y aunque el director provincial adelantó la buena noticia de la posible apertura de la primera institución de este tipo, perteneciente a Educación, el venidero 22 de diciembre, la ministra de Educación recalcó que la responsabilidad no puede recaer solo en los educadores, pues hay otros sectores con un número importante de madres trabajadoras a los que les vendría bien apoyar este tipo de modalidad educativa.
Durante el encuentro se dio a conocer que, ante el cierre del presente período docente transcurrido en condiciones atípicas, en la semana del 21 al 26 de noviembre los centros pertenecientes a las educaciones Primaria y Especial continuarán atendiendo a los educandos con actividades culturales, deportivas, recreativas, pero también de corte pedagógico. Será este un momento propicio también para reafirmar contenidos y brindar atención diferenciada a aquellos estudiantes desaprobados, repitentes o con necesidades educativas especiales.
Antes de despedirse, la ministra de Educación recordó la responsabilidad e implicación que tiene el sector con el desarrollo de las cercanas elecciones municipales, dada la cantidad de alumnos y profesores que podrán ejercer su derecho al voto y los centros educacionales que funcionarán como colegios electorales. De igual manera, hizo extensiva la felicitación a todos los maestros del territorio ante la proximidad de la Jornada del Educador.
El curso escolar 2022-2023 debe poner punto final en julio del próximo año, de esta manera el calendario docente retomará la normalidad que la COVID-19 obligó a transformar.