Con una visión del desarrollo turístico distinta a la que dio origen a esa actividad en Cuba durante el periodo Neocolonial ―cuando la Ley Seca en los Estados Unidos desplazó los viajeros hacia esta Isla, convertida en lugar de juego, alcohol y prostitución― la Revolución cubana encauzó el progreso del sector tras su triunfo en 1959.
Sobre la base de una infraestructura de 128 instalaciones hoteleras (siete mil 728 habitaciones), distribuidas entre La Habana, Matanzas y Varadero ―según define la Enciclopedia Cubana en la Red― se fomentó el turismo nacional; sin embargo, la entrada considerable de viajeros procedentes del exterior conllevo a evaluar otras potencialidades.
Pero, no fue hasta la declaración del denominado Periodo Especial que se concretaron las intenciones de impulsar el turismo internacional. En esa coyuntura surgieron destinos como Jardines del Rey, donde el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz valoró oportunidades para paliar la crisis económica.
Un vial sobre el mar, devenido en punto de partida, posibilitó conquistar el paraíso con arenas blancas y aguas verdeazules ubicado al norte de la provincia de Ciego de Ávila.
Al abrir el complejo hotelero Guitart Cayo Coco (en la actualidad Muthu Colonial), se materializó ―oficialmente, el 12 de noviembre de 1993, aunque comenzó sus operaciones desde el mes de abril― la idea de fomentar la denominada industria el ocio en el archipiélago Jardines del Rey.
Compuesta por 23 módulos habitacionales, que agrupan 458 habitaciones con vistas al mar, piscinas y jardines, esa instalación mostró una arquitectura original ―al estilo de la época colonial en Cuba, incluidas calles empedradas y pequeñas plazas―, características que impresionaron al líder histórico de la Revolución.
Con la emoción de haber apreciado la obra más bonita de su vida y mejor instalación turística del país, trazó nuevas metas para desarrollar un turismo con calidad e integrado a la naturaleza.
“No es cuestión de construir rascacielos, de amontonar cemento a la orilla del mar, sino de hacer construcciones verdaderamente hospitalarias, atractivas y humanas, que es lo que quiere el turista. (…) ese es el turismo que nos proponemos desarrollar”, expresó.
Adheridos a esa concepción, los trabajadores del sector en la provincia de Ciego de Ávila han convertido a Jardines del Rey en uno de los destinos más prominentes y competitivos en Cuba y la región del Caribe, reconocido entre los mejores para el ecoturismo y las excursiones.
A partir de las tendencias internacionales buscan un surtido de actividades y experiencias variadas que permitan diferenciar la oferta: combinaciones de opciones (ocio, deportes, patrimonio cultural y natural, gastronomía, y otros), mar y montañas, turismo de sol y playa y de ciudad.
Se apuesta al aprovechamiento de los valores históricos, culturales y naturales, la oferta de alimentos y bebidas típicos de la Mayor de las Antillas, y a satisfacer las aspiraciones de los viajeros de conocer Cuba y su gente, la última considerada entre las motivaciones esenciales de
quienes eligen esta isla.
Iyolexis Correa Lorenzo, delegada provincial del Ministerio del Turismo en Ciego de Ávila, subrayó que se potencia el progreso desde 25 centros de alojamiento, con un total de 10 mil capacidades entre los cayos Coco, Guillermo y Paredón Grande.
Reconoció el empeño en la renovación de las instalaciones hoteleras y extrahoteleras, y la gestión de los recursos materiales y humanos, indispensables para ofrecer un producto turístico con calidad y capaz de cumplir las expectativas de los clientes.
Unos 37 proyectos, en áreas de alojamiento, recreativas y de apoyo, están contemplados en la estrategia de desarrollo del sector turístico en la provincia de Ciego de Ávila hasta el año 2030, con el propósito de ampliar y perfeccionar las opciones destinadas a clientes nacionales y extranjeros.
Correa Lorenzo enfatizó que en el periodo 2022‒2024 se trabajará en el incremento de la planta hotelera, mediante inversiones en Cayo Paredón Grande, a cargo del Grupo de Turismo Gaviota.
Asimismo, dijo, conciben la reanimación y ampliación de instalaciones hoteleras en islotes, el mejoramiento de las condiciones en otras emplazadas en las ciudades de Ciego de Ávila y Morón, y la revitalización de la infraestructura y las prestaciones en campismos populares.
El Grupo Extrahotelero Palmares proyecta diversificar las opciones de esparcimiento en la cayería norte avileña, mediante la construcción del Parque AquaRey y el Complejo Recreativo Cayo Mortero, ambos estarían ubicados en Cayo Guillermo, agregó.
En correspondencia con el aumento de las capacidades de alojamiento se prevén inversiones para garantizar la alimentación y el transporte, así como facilidades para los trabajadores del sector a partir de la edificación de viviendas, a cargo de las inmobiliarias Almest e Inmotur.
El Centro de Investigaciones Costeras (CIEC), establecido en Cayo Coco hace 31 años, por iniciativa de Fidel, ha participado en todos los proyectos, procurando la construcción ordenada y el cumplimiento de las políticas ambientales.
La realización de indagaciones ―antes, durante y después de las edificaciones― permite evaluar el impacto ambiental, y facilita la toma de decisiones y ejecución de acciones para disminuir las agresiones al entorno, destacó Maikel Gómez Colina, director de la referida institución científica, adscrita a la Agencia de Medio Ambiente (AMA).
El turismo, recordó, es una de las actividades económicas con mayor interdependencia del ecosistema donde se desarrolla, considerando que consume recursos naturales y por otra parte necesita un ambiente natural atractivo para prosperar.
En este contexto proveen servicios esenciales como las evaluaciones físico-químicas y microbiológicas de los balnearios y lagunas costeras, indagaciones sobre el comportamiento de la flora y fauna, además de monitoreos y acciones de rehabilitación en playas.
La certificación ambiental de todas las áreas de baño e instalaciones se plantean como metas para los años venideros, con el propósito de hacer cumplir las regulaciones ambientales y adicionar valor a la actividad turística, subrayó.
Martha Rodríguez Uratsuka, vicepresidenta de la AMA, valoró la contribución del CIEC al progreso sostenible en los cayos al norte de Ciego de Ávila, recién declarados como zona con regulaciones especiales, del tipo de desarrollo económico en la categoría de Territorio de Preferente Uso Turístico.
En Cuba, el Turismo constituye una de las áreas claves definidas en la Estrategia Económico-Social para impulsar la economía y el enfrentamiento a la crisis mundial provocada por la pandemia de COVID‒19.
La exportación de bienes y servicios, que incluye ese renglón, constituye la principal fuente de ingresos de divisas a la Isla, por tanto, en medio de la crisis global, la continuidad se plantea como apremio y desafío, ante lo cual fomentan procesos de renovación y apuestan a la seguridad.
Sucesivas mejoras posibilitan elevar la calidad de las prestaciones en instalaciones hoteleras, extrahoteleras y de apoyo, las cuales operan tras ser avaladas por el ministerio del ramo y Salud Pública con la condición de Turismo más Higiénico y Seguro.
Consideran otras ventajas competitivas como la capacidad de los recursos humanos, conformados, en su mayoría, por menores de 35 años, mujeres y personas que poseen 12 años o más de experiencia.
A ello se suma el encadenamiento productivo con los diversos actores de la economía nacional, con la finalidad de satisfacer las demandas de suministros y disminuir las importaciones para rebajar el costo de las operaciones.
El destino Cuba renace a diario, con nuevas metas, compromisos y la satisfacción de convertir la actividad turística en logro de una Revolución triunfante en su aniversario 64, a pesar de los constantes obstáculos impuestos por el enemigo para impedir el crecimiento de un renglón estratégico.
