“Somos negras prósperas gracias a Fidel y la Revolución”, repite con frecuencia la profesora Norka Inés González Hernández al referirse a ella y sus hijas, “y a la gente le causa risa, pero lo expresó así porque es la verdad, pues procedemos de una familia muy humilde y este sistema social nos dignificó”, agrega.
Agradece eternamente la oportunidad de convertirse en maestra. Al principio fue solo la aspiración de una niña, mientras se desempeñaba como tal en los juegos de roles, pero el tiempo y educadoras como Iris Soto acentuaron la vocación y pasión por el magisterio.
Siempre le gustó enseñar y mandar, dice, sin poder contener la sonrisa.
Obtuvo la carrera de Historia y Ciencias Sociales al egresar del Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Máximo Gómez Báez, en la provincia de Camagüey, donde permaneció para continuar estudios en el Instituto Superior Pedagógico José Martí.
Desde su calificación como licenciada, en 1982, transitó por centros educacionales de diferentes niveles en los municipios de Morón, Primero de Enero y Ciro Redondo, de la provincia de Ciego de Ávila.
La Enseñanza Media le ocupó el mayor tiempo, particularmente los años dedicados ―como profesora, jefa del Departamento de Humanidades y de Grado, y directora― a la Escuela Secundaria Básica Urbana (ESBU) Nguyen Van Troi, en la denominada Ciudad del Gallo.
Dirigió, además, la ESBU Benito Juárez, del propio territorio moronense, actividad que alternó, sin dificultades, con la maestría en Ciencias de la Educación, culminada de manera exitosa tras defender una estrategia metodológica destinada a la inserción de la historia local en el programa de estudios para el Nivel Medio.
Valorada sus potencialidades, y por necesidad del sector, comenzó a desempeñarse como metodóloga de la Enseñanza Técnico Profesional (ETP) en el territorio avileño, donde alcanzó su jubilación, sin embargo, decidió reincorporarse, con la voluntad de permanecer mientras pueda aportar, sienta satisfacción al enseñar y tenga lucidez.
Reconoce la vinculación a la ETP como momento trascendente en su vida profesional, donde descubrió nuevas motivaciones y asumió el reto de superarse, porque es un nivel muy exigente, aunque algunos, por error, consideren que está estancado.
La adecuación de las lecciones de Historia a las necesidades cognitivas e intereses de los alumnos en ese nivel, constituye uno de los desafíos fundamentales que asume, junto a otros metodólogos, en momentos en que el sistema educacional está convocado a perfeccionar su calidad.
En ese empeño, resalta, se integran a instituciones culturales consagradas al estudio y la difusión de las historias Nacional y Local, para introducir nuevas experiencias en el proceso de enseñanza‒aprendizaje, las cuales han dado buenos resultados, por tanto, se extienden a todos los municipios.
Afirma que se logra mayor motivación por la asignatura cuando las clases acontecen en sitios históricos y museos, los alumnos se incorporan a espacios de debates como Tardes Martianas y, en el caso del municipio de Morón, existe una experiencia novedosa en el Instituto Politécnico Urbano Félix Varela, donde combinan intereses de las asignaturas de Cultura Política, Historia y Educación Física.
En el camino hacia las transformaciones considera primordial el afianzamiento de las relaciones entre la familia y la escuela. No se puede educar e instruir sin el apoyo de la última, por tanto, se impone un acercamiento entre ambas partes, lo que permitirá comprender cambios que se ejecutan para bien.
Indispensable, también, fomentar la integración a los barrios y comunidades donde se encuentran enclavados los diferentes planteles, de manera que se consoliden como los más importantes centros culturales en esos espacios.
Las escuelas, dice, son los talleres donde se forja la vida; no hay contradicciones con las aspiraciones de las familias pues, en cualquier circunstancia, se desea que los hijos y nietos posean cualidades y valores positivos para el desempeño durante su existencia.
Hay que seguir buscando métodos, formas y estrategias que favorezcan la unión escuela‒comunidad‒ familia, insistió.
Norka aboga por potenciar el papel de la escuela en la formación ciudadana, lo que exige la realización de labores extracurriculares, tal como se concibe en el sistema educativo, y permitirá mayor vinculación a los programas priorizados de la nación, como el de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional.
Más de 40 años entregados al magisterio le posibilitan definir las cualidades precisas para desempeñarse en esa labor, entre las cuales distingue la vocación, el amor por la educación y los estudiantes y el afán constante por la superación.
El maestro, asevera, es el espejo en el que se miran todos los alumnos, no solo en la Enseñanza Primaria, sino en todos los niveles educativos, por tanto, debe ser ejemplo para predicar conocimientos y comportamientos, y estar consciente de que en cualquier contexto su profesión lo distingue.
Acreedora de numerosos reconocimientos por su trayectoria en el gremio de los educadores, reconoce el mayor premio por su esfuerzo en actitudes como la de Omelio Carvajal, quien fuera su alumno y declara que, inspirado en ella, cursó la licenciatura en Historia.
Se siente recompensada, además, con el saludo de ex alumnos y sus padres en las calles, en quienes prevalece el recuerdo de sus enseñanzas, facilitadoras del camino hacia diferentes oficios y profesores que los han convertido en hombres y mujeres de bien, útiles a la sociedad.
Sus logros son los de una familia ―pequeña, pero unida―, que siempre la apoya; y, como mayor satisfacción, reconoce el crecimiento profesional de sus hijas, licenciadas en Derecho y Comunicación Social.
Como es habitual, este 22 de diciembre, Día del Educador, recibe numerosas felicitaciones desde temprano, detalles que marcan la diferencia con los restantes días, iniciados siempre con la preparación de un buen café y, mientras lo degusta, repasa las efemérides de la jornada y publica algunos tweets.
El dominio y la motivación le han permitido convertir las nuevas tecnologías en armas para defender su Patria.
En una etapa avanzada de su vida perfeccionó los conocimientos sobre la telefonía celular, de manera que pudo adentrarse en un mundo fascinante, donde posee numerosos seguidores, y refuerza sus esencias como educadora al transmitir mensajes o enseñar a sus compañeros cómo emplear las redes sociales.