En junio del año 1982 el teatro Principal estaba dispuesto para acoger a grandes de la música cubana en un espectáculo único.

Ñola Sahíg Saínz, César Alberti, Esther Borja, Lucy Provedo, Iris Burguet, Marianela Bonet, Ramón Calzadilla, Zenaida Romeu y Gladys Bolaño, compartirían escenario durante tres días y la marquesina anunciaba canto lírico y obras del pentagrama nacional e internacional, interpretadas a partir del lenguaje instrumental y al más alto nivel.

La nota publicada entonces por el periódico Invasor se refería a la Primera Jornada de Música de Concierto como un acontecimiento que trastrocaría el ambiente de la ciudad y se extendería, también, a las casas de la cultura de Chambas, Primero de Enero y Morón. Ha pasado mucho tiempo.

41 años después nos ha costado honrar la tradición y, entre altas y bajas y un teatro cerrado a cal y canto, la X edición del certamen ha visto la luz con la certeza de que más vale tarde que nunca, si se trata de continuar la obra y visibilizar este género y sus cultores.

Bajo estos términos el homenaje a César Alberti, música de conciertos en los espacios públicos y el intercambio con estudiantes de la enseñanza artística, como una vía para estimular su formación y acercarlos a la cartelera cultural de la ciudad, han sido carta de presentación de un certamen que puja por volver a florecer.

La pianista concertista Yanet Pérez Diago, Corávila, el Dúo A Tempo, el conjunto Música Abierta, el quinteto de saxofones Intermezzo, el guitarrista Oscar Solís y la Orquesta de Guitarra de estudiantes de la Escuela Vocacional de Arte se encargaron de regalar interpretaciones, donde lo clásico y lo popular encontraron su justa medida, casi siempre, en el patio de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba como escenario fundamental, que ya conquista público.

A esto se sumaron clases magistrales y conversatorios a cargo de Amalia Marín, profesora camagüeyana, y de Eduardo Campos, director de la Orquesta Sinfónica de Camagüey, quienes desde la experticia y el magisterio resultaron excepcionales.

Sin dudas, uno de los momentos cumbres fue el intercambio entre las bandas de concierto de la provincia, pues tenemos el privilegio de ser de las pocas del país que ha mantenido estos conjuntos intactos y evaluados de acuerdo a los requerimientos del Instituto Cubano de la Música, a pesar de cualquier fluctuación en sus nóminas.

La primera jornada transcurrió en Morón con la presentación de las bandas pertenecientes a los municipios de la zona norte, mientras que el miércoles lo hicieron las de la zona sur del territorio; momento que resultó un termómetro indiscutible para medir el rigor y la calidad artística de sus interpretaciones, así como para aplaudir a la banda del municipio cabecera, bajo la dirección de Juan Carlos Corcho Vergara, y la de Morón, bajo la batuta de Pedro Pardo Barbosa, ambas con más de cien años de trabajo y legado.

Al cierre de las celebraciones se colocó una tarja en la casa de la familia Alberti, donde su hija, Edilia Alberti Hernández, ha sabido atesorar cada uno de los recuerdos de un padre amantísimo, que le inculcó, también, el amor a la música y a la tierra que la vio nacer.

A estas alturas, el mejor incentivo será que la próxima edición de la Jornada de Música de Concierto llegue con más ganas, espíritu e idénticos compromisos. Cuando sean más los aplausos y el público dispuesto a dejarse seducir por este mundo de sensaciones y sonidos habremos saldado la deuda.