Auspician: Sectorial Provincial de Cultura y el Centro Provincial de Patrimonio Cultural.
Sede: Museo Provincial coronel Simón Reyes Hernández
Teléfonos: 33 265261, 33 204488
Breve antecedente: El 30 de octubre señala un nuevo aniversario de la Demarcación del Hato de Ciego de Ávila por el Cabildo de la Villa de Sancti-Spíritus. Vísperas del acontecimiento, desde el año 96, el Centro Provincial de Patrimonio Cultural y el Museo Provincial, otorgan la Distinción Ornofay a aquellos que han dedicado su vida a al rescate y protección del Patrimonio Cultural, material: mueble e inmueble e inmaterial y natural. Los premios consisten en diploma de reconocimiento y un colibrí, obra de arte confeccionada por el grupo Pauyet.
Idioma Oficial: Español
Breve reseña del acontecimiento histórico:
Cuenta la historia que al fundarse la villa de Sancti Espíritus en 1514, casi la totalidad de las tierras ubicadas al Este, entre ellas las ocupadas por el Cacicazgo de Ornofay, (cacique aborigen que habitaba la zona), pasaron a formar parte de su jurisdicción, limitando en lugar no preciso con las posesiones pertenecientes a la villa de Santa María del Puerto del Príncipe. Así, el cabildo del Yayabo ejecutó un amplio proceso de mercedación de dominios entre 1558 y 1563 y de tal reparto aparecieron hatos, corrales y realengos que con sus caprichosas figuras geométricas dominaron el espacio, entregados en pertenencia a los hombres que colonizan y pueblan. Después comenzaron las protestas y pleitos ante la apropiación indebida de tierra y ganado, al no estar precisados correctamente los límites de cada espacio mercedado. Entonces se hizo imprescindible poner orden y resolver la situación.
Alonso de Cáceres, Oidor de Audiencia de Santo Domingo, viene a la isla con la encomienda de imponer la Ley y el Orden y sus Ordenanzas comienzan a ser aplicadas por el Cabildo espirituano. Por tal motivo dos vecinos de dicho lugar, Diego Cifuentes «El Magnífico» y Amaro Gómez, apoyándose en el testimonio del práctico Alonso Rodríguez y sin moverse de la Villa, proceden a la demarcación oficial de varios hatos, entre ellos el de Ciego de Ávila.
Dentro de la enorme circunferencia de más de mil seiscientos caballerías dedicadas a la cría de ganado mayor, ubicada casi a la mitad del camino entre Puerto Príncipe y Sancti Espíritus, aparecía en medio del monte un ciego con forma de ovoide, de un área aproximada a las doscientas o trescientas caballerías de extensión, atravesado por corrientes de aguas o cañadas. En este claro no crecía la vegetación alta, ni tenía comunicación con el exterior. Al demarcarse el espacio en conjunto fue llevado a los libros de Registro con un nombre compuesto: el ciego, atendiendo a la característica geográfica del relieve y a añadiéndole el apellido de la persona a quien se le había concedido la merced.