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    Lázaro Santana y el homenaje a todos en Ciego de Ávila

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    santanaFue una mañana agradable esta, la del sábado 17 de agosto en el Museo Provincial Coronel Simón Reyes Hernández

    Fue una mañana agradable esta, la del sábado 17 de agosto en el Museo Provincial Coronel Simón Reyes Hernández y aunque fue a Lázaro Santana Herrera a quien se le rindió homenaje, todos los que asistimos al encuentro salimos del recinto como si nos hubiesen regalado ese día algo para alimentar los sueños con el bendito brebaje del recuerdo.

    Es por eso que merece felicitaciones los esfuerzo del periodista Alejandro Alvariño por llevar a feliz término una idea  que tanto aporta al conocimiento general de añejos tiempos.

    Porque allí, al reunirnos para reconocer a ese gran lanzador que tantas emociones y alegrías hizo vivir a sus contemporáneos, también hablamos de los grandes momentos del béisbol avileño de las primeras décadas de la Revolución.

    No por gusto también asistieron otros peloteros que hicieron historia: Oscar Ortega, Roberto Cruz, Angel Castillo, José Luis Valdés, José García, Omar Fraga, Rodolfo Phillips, entre otros para lograr una mañana histórica-beisbolera.

    Santana  no solo recordó algunos pasajes de su larga trayectoria deportiva, sino también de sus años juveniles  y de participación  en la vida social y política del país e hizo mención a sus encuentros y breves diálogos con Fidel.

    Pero allí estaban también grandes aficionados al deporte de las bolas y los strike de todos los tiempos en nuestro terruño, como René Salas quien invitó a que momentos como este se repitan con más frecuencia y que los jóvenes peloteros de ahora conozcan de aquellos románticos y difíciles tiempos.

    El doctor Carlos Lafalce —un gran  enamorado de nuestro pasatiempo nacional—, rememoró el Hándicap de que en  Ciego de Ávila no existiera  un estadio de béisbol y era necesario trasladarse al moronense Paquito Espinosa.

    Y entre chistes, canciones y las buenas  atenciones que siempre brindan los anfitriones del Museo y el apoyo de la Sociedad Cultural José Martí, transcurrieron poco más de dos horas que se agradecen por lo bien que le hacen al alma.