Tras conocerse la nómina de Los Tigres de Ciego de Ávila, comenzaron las opiniones acerca de la posible labor de los tricampeones cubanos en la LIX Serie Nacional de Béisbol, que dará inicio el venidero 10 de agosto.

Llama la atención que la mayoría de los comentarios se centran en que los avileños no podrán contar con los servicios de Maikel Folch y Vladimir García, dos tiradores que, en la pasada contienda, le aportaron al conjunto 12 triunfos y dos juegos salvados.

Desde luego que coincido en que influirá la ausencia de estos dos lanzadores en un cuerpo de pitcheo que el año anterior trabajó para 4,54 carreras limpias permitidas por cada nueve entradas de actuación, guarismo por encima, incluso, de la media del campeonato, que fue de 4,43.

Algo que pudiera atenuar tal situación es que otros tres serpentineros dejaron gratas impresiones en el último torneo Sub 23: Yairon Martínez, José Diego Martínez y Sergio Hernández, quienes podrían incorporarse a la rotación de abridores junto a Dachel Duquesne y Yander Guevara.

En cuanto a las posibilidades ofensivas, el equipo fue uno de los que menos bateó (281) en la pasada campaña y, de los seis finalistas, apenas resultó el quinto en carreras impulsadas, slugging (393) y OPS (758).

Habría que ver cómo Roger Machado pudiera aprovechar las posibilidades con el madero de tres de sus receptores: Osvaldo Vázquez, Alfredo Fadraga y Lázaro Martín.

Del primero, ya se sabe del poder de sus muñecas y de cuanto ha ayudado, en todos estos años, a la causa del conjunto; mientras que Fadraga, no por gusto, ya milita en el Cuba; y Lázaro Martín, con su producción ofensiva en las lides sub 23, no ha dejado de demostrar que está listo para ocupar responsabilidades en el lineup regular.

Pero estas son conjeturas que podrán dilucidarse en el transcurso de la serie. En mi caso, no veo ninguna impedimenta de marca mayor para que Ciego de Ávila no asista de nuevo a la segunda fase