banner Nuestra Región

    La calidad no es un accidente

    Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
     
    Valoración:
    ( 0 Rating )
    Pin It

    inter diego armando“Llegué hasta aquí porque tuve buenos resultados en concursos provinciales y nacionales”, dice él, mientras, tímidamente, soslaya calificativos que superan eso de “buenos”, como los de excelentes y brillantes. Incluso, existe un denominador más allá del esfuerzo común: estudiante talento.

    Y es el joven violeteño Diego Armando Díaz Rodríguez uno de los —pocos— merecedores de tamaño “título”. En este momento, cursa su último año de Secundaria Básica en el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas (IPVCE) Cándido González Morales, mediante una nueva modalidad de atención y estudio, que implica la vinculación con el rigor académico de ese plantel.

    La Educación en Cuba ha preparado así un lugar privilegiado para, como define él, “recompensar la consagración”. Ciertamente, la iniciativa permitirá que los educandos entren de forma directa al IPVCE, sin hacer los exámenes de ingreso, siempre que cumplan con los requisitos establecidos, como el promedio académico.

    • Consulte: Potencia Ciego de Ávila formación de estudiantes talentos.

    “Experiencias y conocimientos” son dos de los grandes beneficios que Diego considera tener al acogerse a la estrategia nacional; en tanto, cuenta sobre aquello que lo puso allí: “Fui ganador en 2018, a nivel nacional, en las asignaturas de Historia de Cuba y Química; con primero y tercer lugares, en ese orden”. Interpretando ese resultado, hay muchas puertas que todavía él tiene el poder de abrir y muchas semillas por plantar.

    —¿Qué significa para ti el estudio?

    —¡El estudio! Lo que hoy es un sacrificio, mañana será un beneficio. Nos “matamos” aprendiendo, becados por cuatro años, pero tendrá su premio en el futuro. Ando por la Sala de Historia, la Biblioteca y en las actividades fuera del aula, porque con todo me instruyo.

    —¡Bueno!, la entrada al IPVCE es casi un hecho, ¿y después?

    —Trataré de coger Licenciatura en Turismo, en Lengua Inglesa o Periodismo. Domino parte del inglés y eso me sirve tanto en una como en otra carrera. No puedo detenerme, aunque el estudio pueda ser una tarea larga y agotadora.

    —Ser estudiante talento, ¿representa mucho?

    — Pues claro. Sube la autoestima. Llama a hacer más.

    Con 14 años somos muy apegados a la casa, sin embargo, para el desenvuelto muchacho que, además, juega voleibol, baloncesto (aunque la estatura no le acompañe mucho), canta, baila y escribe historietas, no ha sido difícil adaptarse al horario de vida que establece la institución, donde permanece interno. “Busco aprender, captar cada momento, cada segundo; hacer amistades.”

    “Mis padres están orgullosos de lo que he obtenido y los vecinos tienen un buen concepto de mí”, confiesa, mientras varios de sus compañeros empiezan a rodearle y él, ecuánime, sin nervios, parece acostumbrado a las entrevistas.

    Sucede que Diego es de los que van de eventos en eventos, “de los que se paran en la plazoleta”, dirigen un colectivo y echan a andar una escuela.

    Los concursos de Historia de Cuba, Química e Inglés, en el nivel provincial, por ahora, son los próximos retos. “Debemos demostrar que estamos aquí para poner a prueba los conocimientos, porque tenemos habilidades”.

    Es oportuno, muy oportuno, potenciar sus aptitudes, pues las aptitudes están ahí, “a flor de piel”, y cualquier sacrificio resultará ligero con la costumbre. En Diego, vale ser redundante, la calidad no es un accidente.

    Tomado del Periódico Invasor: 

    http://www.invasor.cu/es/secciones-especiales/cristaleria-joven/la-calidad-no-es-un-accidente

    Escribir un comentario