Enrique Agapito Olivera Araujo

    Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
     
    Valoración:
    ( 0 Rating )
    Pin It

    Enrique Olivera: “Símbolo de la Construcción del Socialismo en Ciego de Avila”. Vicana, bello caserío, aproximadamente constituido por sesenta casas en su gran mayoría de yagua y guano, con cuatro tiendas, algunas de ellas mixtas, una escuela pública y una panadería, bordeado de montañas, abundantes palmares, acariciados por cálidos rayos solares y apaciguados por la brisa tropical, perteneciente entonces, al central Media Luna (hoy Juan Manuel Márquez) en la región de Manzanillo, provincia de Oriente, actualmente Granma, vio la luz Enrique Agapito Olivera, en marzo de 1905, el día 24, solo tuvo un hermano dos años mayor, Juan Bautista y sus padres se nombraron Isabel Olivera Viltres, de origen aborigen y Magin Araujo, descendiente de esclavos.

    En un hogar humildísimo transcurrió la infancia de ambos hermanos, madre, aunque iletrada, lavando y planchando para la vecindad, garantizaba el alimento diario. Pura Núñez, maestra de la escuela pública enseñó a Enrique a leer y escribir en poco tiempo, dadas su aplicación e inteligencia. Isabel llevò un taburete porque no había suficientes asientos. Con apenas 11 años, los dos hermanos comenzaron a trabajar cómo narigoneros en una finca. Después repartieron pan y leche de una finca a otra y trabajaron como carreteros también.

    En 1923, Enrique es un joven de 18 años, de fuerte constitución, serio, formal y trabajador, le gustaban las fiestas y bailar, así como montar a caballo. Es entonces que conoció a Lioba Azuaya Tamayo, quinceañera, de piel clara, cabellera lacia y larga, de color castaño oscuro. Desde que se conocieron recíprocamente quedaron prendados, surgiendo un bello ilidio, el cual duró 72 años de perfecta unión matrimonial. Viviendo en una zona rural apartada, nació su primera hija, en agosto de 1926. Al año siguiente nació otra menor, quienes fallecieron en los primeros años de vida, por falta de atención médica. Después, nacieron en julio de 1958 Celia Acacia –chelo- en agosto de 1928 Sara Irma, en agosto de 1930 Manuel Enrique, en febrero del 33, Elba Luisa y en enero del 35 Ana Mirta. Entonces Olivera se desempeñaba como mayoral, pero ya comprendió la necesidad de la lucha de clases y del por qué de las demandas proletarias.

    En diciembre de 1935 naciò el benjamín Juan Héctor Enrique Olivera, quien conocía el funcionamiento del capitalismo por materiales políticas llegados a sus manos y por los saldos de dolor y luto legados por Machado al suelo cubano, el 20 de noviembre de 1940 formó parte de una célula del Partido Unión Revolucionaria Comunista, en la colonia “El Porvenir”, planteando a los doce militantes reunidos allí, sus deseos, primero, entregar la tierra a los campesinos, después de producirse el cambio deseado y segundo, visitar a Rusia.

    Todos estuvieron de acuerdo y èl se sintió muy complacido y feliz. Como miembro partidista, plenamente cumplió con sus deberes y misiones asignadas, fue encarcelado en dieciocho ocasiones, pasó necesidad y privaciones con su esposa e hijos, pues muchas veces no le daban trabajo por ser comunista y Lioba mantuvo el hogar, cosiendo para la calle, con ayuda de sus hijas. Una de las veces que salió de la cárcel -agosto de 1941- un combatiente lo llevò a dormir a una casa santiaguera y al aparecer las primeras luces del día, vio una tarja, en la cual leyó: En esta casa nació el general Antonio Maceo y Grajales.

    A partir de este momento juró luchar para obtener la libertad de la tierra donde habìa nacido, aun a costa de su propia vida. Fue dirigente sindical de los azucareros y los agropecuarios tambièn. Cuando contaba 51 años, por orientación de la Direcciòn Nacional del Partido Socialista Popular, llegó hasta la Sierra Maestra, intercambió con Fidel, el 5 de mayo de 1958, analizaron un documento, el cual debía devolver a la capital: Poco después, se le ordenó integrarse a la lucha en la Sierra Maestra, incorporándose al Ejército Rebelde el 25 de marzo de ese año, como miembro de la Columna No. 1 José Martì, comandada por Fidel, pero dada su experiencia con los campesinos, fue nombrado Secretario de la Auditoria General del Ejercito Rebelde, relacionándose directamente con éstos. En la segunda quincena de mayo y por orientación del máximo líder, dada la posibilidad de perderse la cosecha del café, se celebró una reuniòn con 600 cafetaleros, donde se encontraban Fidel, el Che y Celia, entre otros.

    Allí se acordó organizarlos y Fidel planteó, que si era necesario se movilizarían a los soldados rebeldes para dicha recogida. Esta reunión fue el preámbulo del Primer Congreso Campesinos, celebrado el 15 de noviembre, en el Tercer Frente, bajo la conducción de Raúl Castro. En septiembre se incorporó a la lucha armada, participando en varias acciones y combates: Batalla de Bueycito, Guisa, (donde Fidel lo ascendió al grado de Primer Teniente), toma de Jiguani, batalla de Contramaestre, Palma Soriano y la toma de Santiago de Cuba.

    Tras la clarinada del Primero de Enero de 1959, en el Archipiélago Cubano, tuvieron lugar las màs profundas transformaciones socio-políticas-económicas en la historia del país y el 17 de mayo de ese año, Olivera realizó uno de sus sueños, cuando Fidel le entregó al campesinado los títulos de propiedad de sus tierras. En agosto del Año de la Liberación, fue designado segundo jefe de la Zona de Desarrollo Agrario 0-26, radicada en Bayamo; en mayo del 60 es nombrado jefe de la Zona C-20 Florida-Camaguey y en los días finales de agosto de ese año, llegó al territorio avileño, como delegado de la Zona C-19, sita en Máximo Gómez esquina Pasaje y la labor desempeñada en el sector de la Agricultura son dignas de elogiar, pues entregó títulos de propiedad de fincas y viviendas al campesinado, realizó Jornadas Científicas-Técnicas sobre derechos agrarios, profundamente trabajó con todas las organizaciones políticas y de masas, resolviendo las situaciones, de quienes se vincularon con èl.

    En octubre de 1968, al regresar de un viaje de estimulo por cinco países socialistas, donde se trocó la realidad su segundo deseo, arbitrariamente fue destituido de su cargo de director del INRA, pero no se amilanó, ni reclamó, sencillamente participó en movilizaciones diarias agrícolas en un Batallón Rojo, al opinar que a la Revolución se le servia de cualquier manera.

    Raúl Curbelo Morales, Primer Secretario del PCC en la provincia camagüeyana, encomendó al Teniente Olivera la creación del Plan Especial Coronel Marcial de Jesús Gómez Cardoso, el cual consistía en el cultivo de frutas menores con los pequeños agricultores y radicó en Mamonal, donde venció innumerables obstáculos, pero trasformó la zona y durante los años 74, 75 y 76 se logró cosechas record, màs de 165000 quintales de tomate y aproximadamente 90000 de fruta bomba.

    Fue fundador de la Asociación de Combatientes de la Revoluciòn.

    Presidente de la Sociedad de Amistad Cubana-Soviética.

    Fundador de los Órganos Locales del Poder Popular como delegado de su circunscripción por más de veinte años y diputado a la Asamblea Nacional. 

    Miembro del Comité Provincial del Partido.

    Participó como delegado en el Primer Congreso del PCC (1975) y en el segundo (1980), así como invitado en el tercero (1985) El suelo avileño lo acogió como hijo propio y el 7 de diciembre de 1996, le entregó la distinción Hijo Adoptivo de la Ciudad de Ciego de Avila. Olivera era extremadamente disciplinado y exigente, pero a la vez delicado para llamarle la atención a sus subordinados, muy paciente para escuchar y encontrar la solución más justa. El Teniente del Pueblo, se entregó incondicionalmente al socialismo, porque trabajó honrando a la Patria, al creer en la Revolución y con su ejemplar actuación la enriqueció.

    Físicamente desapareció el 27 de junio de 1998, pero los avileños tuvimos el privilegio de contar más de cuarenta años con un hombre, quien dedicó su vida al pueblo y a la Revolución y vivirá eternamente en las generaciones presentes y futuros de cubanas y cubanos. Enrique Agapito Olivera, poseedor de cualidades excepcionales, reflejados en su incansable actuar en la solución de los problemas, ya de índole político, económico o social, enemigo de lo mal hecho, con un don especial para movilizar, convencer y exhortar a las masas para el cumplimiento de cualquier tarea, nato orientador político ideológico, sin tener en cuenta credo ni afiliación política, quien sabia valorar los imprevistos y comportarse de acuerdo a las circunstancias con confianza plena y respaldo al partido.

    Es hoy el símbolo de la construcciòn del socialismo en la provincia de Ciego de Avila. Revolución, citó Fidel Castro: ….. es defensa de valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio, es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad, heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo. Es no mentir jamás, ni violar principios éticos. Es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y de las ideas. Revoluciòn es unidad